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Los autómatas y androides de Jacques de Vaucanson : el pato, el flautista y el tocador de caramillo y pandereta
La enciclopedia consideró Vaucanson como un semidiós y lo celebró para sus extraordinarios autómatas : por primera vez y gracias al ingenuo del espíritu humano, seres artificiales eran capaces de tocar perfectamente un instrumento musical o de comportarse como verdaderos seres vivos. Voltaire incluso consideraba Vaucanson como el rival de Prométhée :
Vaucanson el intrépido, rival de Prométhée,
Parecía, como la naturaleza imita los muelles
Tomar el fuego del cielo para animar a los cuerpos.
Jacques de Vaucanson
Talentuoso relojero y mecánico, Jacques de Vaucanson volvió famoso desde Inglaterra hasta Rusia para crear androides sofisticados. También inventó el tubo de goma, el telar, la cadena sin fin, etc.
Nacido en Grenoble en 1709, Jacques de Vaucanson muy pronto mostró su aptitud para reparar los relojes y todos los mecanismos relojeros de los habitantes de su barrio. Verdadero pequeño hechicero, Vaucanson era capaz muy pronto de crear mecanismos relojeros muy complicados. Fue en París, entre 1728 y 1731, que Vaucanson empezó estudios de música, física, anatomía y mecánica. En esa época, colaboraba con un famoso cirujano que se llamaba Claude-Nicolas Le Cat y que trabajaba al hôtel-Dieu en Rouen, y quería mejorar los conocimientos en anatomía por la realización de " anatomías vivas ". Otro cirujano, François Quesnay, incitó Vaucanson a crear seres artificiales para evidenciar cuales son las principales funciones biológicas de los seres humanos o de los animales. A partir de 1733, Vaucanson se dedicó a realizar su primer androide : " el flautista " que terminó cuatro años más tarde. El año siguiente, abrió al público parisiense las puertas de su exposición en el gran salón del Hôtel de Longueville. Aunque el precio de la entrada era elevado, fue un real triunfo.
Vaucanson informó la Academia Real de las Ciencias de su creación por un informe, y las conclusiones de esa institución fueron las siguientes :
" La Academia ha oído la lectura de un informe escrito por el señor Vaucanson y que describía una estatua de madera, inspirada del fauno de marmól por Coysevox, que está tocando la flauta travesera, con la que puede ejecutar doce melodías diferentes con una precisión que merece la atención del público y que una gran parte de la Academia puede confirmar. Así, la Academia ha juzgado que esa máquina es extremamente ingeniosa y que su autor ha seguramente empleado unos modos simples y nuevos, tanto para permitir a los dedos de esa figura mover como para modificar el viento que entra en la flauta; y para que ocurra esta modificación, aumenta o disminuye la velocidad según los diferentes tonos tocados, mueve la disposición de los labios y también mueve una válvula que funciona como la lengua, y finalmente, imita artísticamente todo lo que los seres humanos tienen que hacer. Pero con todo eso, el informe del señor de Vaucanson ya tiene toda la claridad y la precisión que esa máquina puede tener, y eso muestra la inteligencia del autor y sus grandes conocimientos en las diferentes partes de mecánica ".
Un prospecto de esa época presentando un espectáculo nos da algunos detalles más : " Se trata de un hombre de tamaño normal, vestido como un salvaje y que puede tocar once melodías diferentes con la flauta travesera moviendo los labios y dedos y soplando con la boca de la misma manera que los seres vivos ".
El duque de Luynes, cronista a la corte del rey, escribió en sus memorias : " Lo que hace el carácter único de esa máquina, es que los sonidos están más o menos hinchados y que se puede sustituir cualquiera otra flauta al lugar de la que es tocado...
El mecanismo del flautista de Vaucanson
El viento ya sale por la boca y son los propios dedos que están tocando la flauta. Los dedos son de madera y tienen un trozo de piel al sitio donde tapan los agujeros. Toda la figura es de madera excepto los brazos que son de cartón ". El androide, cuyo tamaño era de 1 m 78, estaba sentado en un peñón colocado sobre un pedestal, de la misma manera que una estatua lo puede estar. El cofrecito, que contenía una gran parte del mecanismo de peso motor, también contenía un cilindro de madera de 56 cm de diámetro y 83 cm de largo que estaba girando alrededor de su eje. Provisto con puntillas, enviaba impulsiones a quince palancas que mandaban, gracias a cadenas e hilos, el rendimiento de los depósitos de aire, el movimiento de los labios, de la lengua y la articulación de los dedos.
El principal objetivo en la concepción del flautista era el estudio de la respiración humana. En su prefacio del informe del " Mecanismo del flautista autómata " por Vaucanson, Catherine Cardinal, del Museo Nacional de las Técnicas, nos da algunos detalles sobre el mecanismo complejo de fragmentación y de modulación de la intensidad del aire : " Nueve fuelles enviaban un aire de manera más o menos fuerte hacia tres tubos ligados a tres pequeños depósitos situados al interior del pecho del flautista. Se mezclaban en este sitio para formar un único tubo que terminaba en la boca del flautista cuyos labios permitían al aire pasar según su abierta. Al interior de la cavidad bucal, podíamos ver una lengüeta móvil que permitía abrir o cerrar el paso del viento ".
Hacia el fin del año 1738, el éxito del talentuoso músico disminuó. Por eso, Vaucanson completó su colección con dos nuevos autómatas. Su objetivo era despertar de nuevo el interés de su exposición. Y fue un éxito más.
El tamborilero de Vaucanson
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El segundo autómata, según el mismo folleto, representaba a un " hombre de tamaño normal y vestido como un pastor de Provenza. Puede jugar 20 melodías diferentes con la zampoña de Provenza (también llamado caramillo) en una mano y el tamboril en la otra mano; y eso tan precisa y perfectamente como un tocador competente ".
Existe muy poca documentación a propósito de este autómata. Sin embargo, ése, de pie en un pedestal, debía tener un mecanismo muy complejo porque tocaba dos instrumentos musicales diferentes. Además y según el mecánico, la zampoña de Provenza era el instrumento " más ingrato y falso que existía ". Por lo demás, notó lo siguiente : " Un curioso descubrimiento en relación con la construcción de ese autómata, es que el caramillo es uno de los instrumentos más cansados para el pecho cuyos músculos a veces hacen un esfuerzo equivalente a 56 libras... ".
El tercer autómata no fue un androide sino, como lo dice el folleto: " un pato artificial de cobre dorado que puede beber, comer, graznar, chapotear y digerir de la misma manera que lo haría un pato vivo ".
Gracias a la transparencia de su abdomen, los espectadores incluso podían seguir el proceso de digestión desde el gaznate hasta el esfínter del que salía como una papilla verde.
En 1741, Rigollay de Juvigny, describió el mecanismo del volátil de la manera siguiente : " Todo el mundo podía ver el interior del pedestal en el que se situaban todas las ruedas, palancas e hilos que, pasando por las patas del animal, comunicaban con todas las varias partes de su cuerpo, también descubierto. Como para el flautista, la única fuerza que iniciaba y mantenía todo el movimiento era un peso ".
Vaucanson describió personalmente su pato después de escribir su informe sobre el mecanismo del flautista autómata : " Señor, los nuevos autómatas que quiero exponer el próximo lunes de Resurrección, y a los que adjuntará mi flautista, son 1° un pato, en el que represento el mecanismo de las vísceras destinadas a las funciones del beber, comer y digerir. El funcionamiento de todas las partes necesarias para esas acciones es perfectamente imitado :
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alarga el cuello para tomar el grano de la mano, lo traga, lo digiere, y lo evacua por vías naturales, totalmente digerido. Todos los gestos que hace un pato cuando traga con precipitación, y cuando dobla la velocidad del movimiento de su gaznate para que la comida pueda llegar hasta el estómago,
se producen de la misma manera que para un pato vivo. Ahí, la comida está digerida como para los reales animales, es decir por disolución y no por trituración, como lo dicen algunos físicos. Pero lo voy a efectuar y demostrar durante ese espectáculo. La materia digerida en el estómago se conduce por los tubos; como en el animal por las tripas; hasta el ano, dónde hay un esfínter que permite evacuarlos ".
" No pretendio que esta digestión es perfecta, capaz de producir sangre y partes nutritivas para mantener el animal; y pienso que la gente tendría mala gana en hacerme esa crítica. No pretendio más que imitar la mecánica de esta acción en tres cosas, que son : 1° tragar el grano; 2° macerar, cocer o deshacerlo; 3° evacuarlo en una forma sencillamente cambiada ".
Sin embargo, las tres acciones necesitaron medios; y quizás los medios merecerán alguna atención de parte de los que pedirían más. Verán los medios empleados para que el pato artificial tome el grano, lo aspire hasta en el estómago, y aquí, en un pequeño espacio, se construya un laboratorio químico, para descomponer las principales partes integrantes del grano, y hacerlo salir a su gusto, por circunvoluciones de tubos, a una extremidad de su cuerpo totalmente opuesta.
No creo que los anatomistas no tienen nada que enviar en la construcción de sus alas. Se han imitado, hueso tras hueso, todas las protuberancias que llaman apófisis. Son regularmente observadas como las diferentes bisagras : las cavidades, las curvas, los tres huesos que componen el ala, son muy distintos. El primero, que es el húmero, puede tener rotación en todos los sentidos, con el hueso que sirve de omóplato; el segundo hueso, que es el cúbito del ala, tiene su movimiento con el húmero gracias a una bisagra, que los anatomistas llaman " par-gingline "; el tercero, que es el radio, gira en una cavidad del húmero, y está fijado por las otras extremidades a los huesitos de la extremidad del ala, así como para el animal. La inspección de la máquina permitirá conocer la imitación del natural mejor que un detalle más largo, que parecería demasiado a una explicación anatómica ".
El mecanismo del pato de Vaucanson
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" Para mostrar que los movimientos de estas alas no parecen a las que se ven en las grandes obras maestras del Gallo del reloj de Lyon y Estrasburgo, toda la mecánica del pato artificial estará vista al descubierto, porque mi objetivo es más demostrar que mostrar simplemente una máquina. Quizás algunas mujeres o personas, a quienes sólo les gusta el parecer de los animales, hubieran preferido verlo totalmente cubierto; pero además del hecho de que me lo ha pedido, estoy muy contento de que no se cambia esto, y de que se ve toda la obra interior ".
" Creo que las personas atentas sentirán la dificultad que encontré para dar a mi autómata tantos movimientos diferentes; como cuando se alza en sus patas y dirige el cuello hacia la derecha y la izquierda. Conocerán todos los cambios de los varios puntos de apoyo; aun verán que lo que servía como punto de apoyo a una parte móvil, vuelve a su vez móvil en esta parte, que vuelve fija a su vez; por fin descubrirán una infinidad de combinaciones mecánicas ".
Cuando los visitantes fueron menos numerosos, Vaucanson empezó una gira triunfal a través de toda Francia y después en Italia e Inglaterra.
Acabará por desinteresarse de manera bastante rápida de sus autómatas porque, cuando fue nombrado Inspector general de las Manufacturas de seda en 1741, fue cargado de reorganizar la industria francesa de seda. Y eso lo llevó a construir numerosas máquinas así como herramientas perfeccionadas destinadas a su fabricación. Sin embargo , durante casi 40 años, tuvo como proyecto fabricar " una figura autómata que imitará en sus movimientos las operaciones animales, la circulación de la sangre, la respiración, la digestión, el juego de los músculos, tendones, nervios, etc ". Ese proyecto hubiera podido conducir a algo porque inventó el tubo de caucho que le hubiera podido permitir fabricar el aparato circulatorio de su autómata. Desgraciadamente, la muerte se lo llevó en 1782. Ahora no queda nada de sus autómatas salvo algunas fotografías sobre placas de cristal hechas hacia 1850. El pato acabará quemando en un Museo de Nijninovgorod en Rusia hacia 1879. Los dos autómatas músicos fueron perdidos o destruidos al principio del siglo XIX.
En sus Confidencias, Robert-Houdin, famoso mago, mecánico, y constructor de autómatas en el segundo Imperio, explica que tuvo que restaurar el pato de Vaucanson para poder presentarlo en 1844 en París, para la exposición internacional.
En esta ocasión, hizo un descubrimiento estupefaciente: " Con mucha sorpresa, vi que el ilustre maestro no había olvidado recurrir a un artificio que yo no hubiera desaprobado en un número de escamoteo. La digestión, este número difícil que hacía su autómata, la digestión, anunciada con tanta esplendor en su Memoria, no era más que un engaño, es decir un verdadero pato. Desde luego Vaucanson no era sólo mi maestro en mecánica, también tenía que inclinarme frente a su talento para el escamoteo... Presentaba al animal un vaso en el que había el grano que estaba bañando en agua.
El movimiento que hacía el pico al chapotear dividía la comida y facilitaba su introducción en un tubo situado bajo el pico inferior del pato; el agua y el grano, así aspirados, caían en una caja situada bajo el vientre del autómata, y esta caja se vacía por cada tres o cuatro sesiones... La evacuación estaba preparada prealablemente; un tipo de papilla de color verde compuesta de molde de pan estaba expulsada por un cuerpo de bomba y recibida con cuidado en una bandeja de plata como el producto de una digestión artificial... ".
Alfred Chapuis, en su libro "El mundo de los autómatas", minimiza la importancia de este descubrimiento : " Sabemos a qué punto los autómatas de Vaucanson generaron, aun en su época, la emulación de copistas, y pensamos que el pato que describe el famoso prestidigitador es una de estas copias. Nos aparece que la superchería denunciada por Robert-Houdin no era tan digna de los talentos mecánicos del genial inventor porque era demasiado burda y por fin poco conforme con la descripción de las funciones que éste hace. También sabemos que la abundancia extrema de las ideas hechas por el autor de las " Confidencias " le permitía afirmar cosas cuya exactitud era imposible de controlar ".
Es de notar que en adelante se puede admirar desde 1998, al Museo de los autómatas de Grenoble, un autómata que representa un pato " que digiere ", realizado por Frédéric Vidoni en homenaje a Vaucanson.
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